Y como vaticiné hace casi un año, sucedió lo presagiado.
El blog murió en el olvido, la constancia y el tiempo empleado en un
sinfín de proyectos que nacen y otros
que mueren entre litros de cafeína, me dejan agotada y poco locuaz para
escribir… ¿El qué?
Sobre la dichosita Crisis de los
cojones, la precariedad de las nuevas producciones teatrales, el amargor que
sufrimos los trabajadores del entretenimiento, porque sí la gente sale, pero
con petaca en el bolso y el corazón en el puño.
Tampoco ayudan las nuevas tecnologías,
que hacen creer anunciando con un
estridente ding-dáng-díng que un “amigo “te ha mandado un recordatorio en forma
de gato picselado, tan modernas, tan modernas y nos olvidamos de que reenviar
es solo darle a una tecla…
Agrupaciones
folclóricas de tocar castañuelas con pellejo y es que para follar ya solo se
necesita un perfil. De poco sirven los avances en oftalmología y los doctores
dejarán de poner retinas, para conectar baterías.
El futuro trae, carcasas de móvil
con fotografías impresas de ojos ausentes.
Enfermos estresados, sin oficio ni
beneficio pero con un centenar de actualizaciones.
Wasaperos absurdos que para
decir: No me lo puedo creer, clican un “ OMG”.
Y si Jesús de Nazaret volviera a
la Tierra, no sería el independentista Artur Mas sino más bien una transexual
de piel negra como el ébano, emigrante sin
derechos, trabajadora sexual por imposición de una sociedad moral que reza de
rodillas. Pero tras un partido de fútbol patriótico, visita al Mesias para
morder asiento trasero, de un coche cedido por la bondad de una Caja de Ahorros
representativa, de la grandeza de una Nación que de momento solo tiene banderas
en los balcones.
“Una
Carta para ti” para el izquierdista Oriol Junqueras, desconoce que por maldad de una monja octogenaria
(que jamás pisará la cárcel), tiene dos gemelos en el País de las Maravillas de Alicia Burton Bonham
Carter.
Para discurso conmovedor me pongo verde, pero vivo en una urbe y no en
una aldea, pieles sintéticas y joyas de macarrones, ciudades sonométricas y
paritorios marinos.
A día
de hoy seguimos con Rey, Corte y Súbditos.
¿Cómo hemos
cambiado?
Seguimos
ondeando banderas, los pesimistas buscando culpables, los optimistas creando
nuevos líderes. Pero el Chino debajo de
mi casa abierto el supermercado, el si puede, mi supuesta Deuda le pertenece y
estas Navidades nada de marisco y a comer pavo en lonchas con palillos.
Y al más puro estilo spiderwoman les pongo mi culo a tiro, para que sigan dandome soluciones en forma de Referendum
¡Diosa!
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