viernes, 4 de mayo de 2012

Bola Disco y la Dama de negro


Trabajando en el mundo de la noche y las “varietés”… hay un hecho que sucede  siempre  de repente, lleno de misterio y con relatos de dudosa procedencia. Tan solo, porque nadie se atreve a nombrar su nombre, es ella, la Dama de negro.

 El día menos pensado aparece.

 La que no se espera.
 La que se desea en silencio cuando la vida se vuelve amarga y destructiva.
 La que nadie quiere invitar a su casa, hasta haber terminado un camino que nos haga perdurar en el tiempo.

Una vez más, veo tu azada y eres siempre tan injusta e inoportuna.
Conviertes el día de sol más radiante, en la oscuridad más absoluta.
  
El día que  venga a visitarme… Dama de negro, arreglaremos cuentas usted y yo. Venga armada porque yo no la temo y sus injustas gestas me han hecho más dura y menos humana.

 Nos pones a todos a prueba, teniendo que sacar fuerzas de flaqueza de donde solo queda rabia. 

Trabajadores de noche, creadores de sueños. Magos que hacen danzar a corazones heridos, payasos de la gente mayor.

Encima de unos tacones y cubierta por mi máscara de maquillaje, es así cuando más me crezco ante ti, nadie sabrá de mi dolor, mi trabajo será excelente y el payaso hará reír aún que su corazón esté llorando.

Seres de luz, que llegarán al cielo como la más brillante de todas las bolas disco, de la zona más vip, el cielo más azul.
Descansad en paz y guardarme un sitio preferente, que yo me voy a vuestro cielo, en cuanto acabe mi labor.

Y no dejéis nunca de hacer brillar el arcoíris de la libertad, como en vuestra vida terrenal, que hacíais vibrar al más incauto con la idea de un mundo mejor.

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