miércoles, 2 de mayo de 2012

STARGATA y el PORTAL


Soy la reina de las adicciones y una de mis más secretas hasta el momento es ver todo tipo de  series y películas sobre los portales y máquinas del tiempo
.
Mi último enganche, fue con Terra Nova hecho que me empujó a volver a ver Stargate, la serie y la película al completo. Así que movida por un ataque de locura y la mezcla del diazepan con alcohol tuve la gloriosa idea de montar mi propio portal al más allá.

Como una loca me planté en Leroy Merlin compré todo lo necesario, cables de todos los colores, un conmutador (solo porque el nombre me parecía futurista) robé unas cuantas baterías de coches (más de uno se va acordar de mí, cuando se le haya llevado el coche la grúa de la zona azul) Y lo más importante bajé del trastero mi mayor tesoro el QUIMINOVA.

Solo me faltaba el dichoso portal, vamos el marco por el cual entrar al nuevo mundo.
Por suerte mis vecinos son como Brad y Angelina pero de extrarradio y tienen un arsenal de pequeños seres gritones que a mi favor son forofos del fútbol y…Tachán divisé una pequeña portería de fulbito.

Ya lo tenía todo, portal, manual y material. Para mayor inspiración decidí castigar o más bien inspirar mi ser fumándome uno de esos cigarros que son ilegales en la calle pero puedes tener tres plantas en casa por ley ¿? Total que movida por la inspiración me decidí a construir mi propio portal al futuro y…No sucedía nada, si daba calambre cuando me acercaba, pero por mucho que cruzaba y cruzaba el portal, nada. Eso si nunca antes me había parecido tanto a los Jackson de tanta estática en mi pelo.

Si fumada no funcionaba igual meterle liquido, después de tres gintónics se me encendió la bombilla debía mojarme los pies. Como no había pensado en ese clásico cinematográfico.

Cogí de la cocina un JINSU (un cuchillo que corta verduras y neumáticos que me regalaron en el bingo) por si acaso al cruzar me encontraba con un Rex  y zas…

Crucé el portal con éxito llegué al pasado, no había palmeras ni extraños animales de grandes proporciones, pero si había cruzado al pasado.

En ese tiempo al que había llegado los Obispos hacían homilías  tachando a los homosexuales de enfermos. Los monarcas cazaban a merced y vivían de robar a los pobres mientras el pueblo moría de hambre. Los jueces, corruptos perdonaban a los asesinos, justificándose porque no encontraban los cuerpos de jóvenes desaparecidas.
Las mujeres morían en manos de sus maridos, que las creían de su propiedad. Los ciudadanos vivían separados por etnias.

En ese mismo instante un grito a lo lejos me devolvió en mí

Era mi chico que al grito de: ¡Mira que estás loca y la que has liado!

Fue entonces cuando desperté de mi “colocón” existencial y me di cuenta de que no hay portal que valga.

 ¡Vivimos en el pasado!

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