Y tal como
sale, entra.
Y tal como
entra, sale.
Y sí un tal
vez, trajera fortuna…
Bendita Desdicha,
de corazones de papel.
Insistente
tragedia sin fin.
Perseverante
ida y venida.
Y tal como
venía, se iba.
Y tal como
se iba, venía.
Se traspasa Carrusel
de Pesadumbre, por no poder atender.
A falta de
corazones, mamadas.
A falta de
mamadas, corazones.
Y a carencia
de humanidad, animales. Amenaza de elefantes, por vivir confinados en pisos de
cuarenta metros cuadrados.
Príncipes
sin corcel y reyes con escolta. Invitados a la mesa, vanidad de primero, gran
voluntad y humanidad, de segundo. Todo regado con un buen vino y blancas nubes
de algodón de camino a casa.
Nada por
eyacular, más que la sigilosa muerte que aguarda, riéndose a carcajadas por el
llenar, de una espera vacía.
Eyaculadores
en masa de dañados cerebros por la falta de riego, solo así se silencia, el
sonido de la soledad.
Eyaculadores
de la nada.
Soledad ante
la cima.
Y en la cima Soledad.
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