jueves, 24 de mayo de 2012

El Yoga, la Yogui y su Madre Tierra


Buscando la iluminación divina o intentando calmar mi melliza Ansiedad, decidí apuntarme a Yoga.
La clase empezaba dando las gracias a la Madre Tierra, me supongo que sería la madre de la profesora… 
Una “Yogui” que cuando me dijo que se llamaban así los mentores, me sonó a personaje del Señor de los Anillos, pero estoy yo pa juzgar a nadie...
Como es de bien parida ser agradecida, pues gracias.
Luego, para sintonizar él Chacra, había que imaginarse que te salía una especie de nenúfar  sicodelico del ombligo. Yo no debía tener ADSL, ya que me sentía de un gilipollas, tirada en el suelo con veinte “flipis” más, sintonizando no sé qué…¡Que nos salía del ombligo!
Solo de pensarlo, me venía la imagen el anuncio de la cocaína y el gusano que sale de la nariz. ¡Menudo repelús!
A todo esto, respira que te respira por la nariz, la boca cerradita, por lo visto los yoguis no tienen mucho que contarse.


Sin olvidar el pestazo a incienso, que será bueno para el alma pero a mí, me huele a podredumbre. Y al sonido de un molesto y agudo Dong, que si media cobra para aquí, que si la grulla, que si el mono, que si Simba y el Rey León. Por lo visto los creadores del Yoga debían ser zoofílicos, que obsesión con el mundo animal. Y que panda de alcahuetas todo el día espiando a las grullas.
Súmale a la experiencia, una esterilla del Decathlon de cinco Euros, más sobada que una papelina en un After, y como olvidar ese gran aroma a pies… Eso sí que desinfecta el Aura.
Según el Yoga, almacenamos las enfermedades en el cerebro, porque no lo oxigenamos, y nos ponemos enfermas con pensamientos negativos. Al Señor Yogui, lo mandaba yo a una sala de espera de Quimioterapia…
Si para vivir más años, cosa que no me apetece” in extremiiís”(ni uno más de los que me toquen por sorteo y me sobran cuatro), hay que estar respirando por la nariz, cargar los Chacras que te salen del ombligo (al menos uno por lo visto) que trajín.
¡Prefiero una muerte súbita y sin dilaciones!
Y encima estos creen en la reencarnación, ahí ya fue donde me levanté, me encendí un cigarro y a tomar muy mucho por culo con el Yoga.
Encima  amenazando  que te toca otra vida, que de bien seguro sería una grulla, una cobra o Lasie.
Yo me quedo tóxica respirando por la boca y víbora, pero en esta vida.
¡Ni una más!
El año que viene me hago costalera, total, cuatro padres nuestros y perdonada.

2 comentarios:

  1. Es cierto, van flipadísimos,tengo una amiga que hacía yoga y acabó porrera..

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  2. A mi el yoga me pone nerviosa, tendría que ir de diazepan

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